Entre la imprudencia política y las necesidades propias de su gestión, el intendente, Juan Alvarez Pinto, metió a Merlo en un espiral financiero que no se sabe cómo se saldrá y que repercutirá en los contribuyentes. No solo él, su equipo más cercano es responsable de lo que acontece. Y se han animado en las últimas semanas en anunciar que van a subastar el patrimonio municipal con ventas de terrenos para pagar los desaciertos en materia de obra pública, entre otros desatinos.

Todo se inició antes del balotaje del 19 de noviembre de 2023 que coronó como presidente a Javier Milei. En realidad no todo tuvo su génesis en esos días. Ya venía mal la situación económica de la municipalidad y se terminó de torcer. Alvarez Pinto decidió apurar la firma de dos convenios con Nación para iniciar la obra de la remodelación de la plaza Sobremonte, cuyos trabajos hoy están estimados en casi 106 millones de pesos, y la remodelación de la Vieja Terminal, presupuestada en 264 millones de pesos.

Esas decisiones políticas tomadas, sin tener la certeza de que los fondos llegarían desde Nación y comenzadas a las apuradas en temporada, tendrán injerencia en el presupuesto 2024. La municipalidad deberá destinar recursos propios para sostener ambas obras hasta que desde Nación se decida qué se hará con los convenios firmados. Y para poder ejecutar esas obras se han tomado medidas polémicas, como la anunciada subasta de terrenos municipales para con esos fondos “terminar obra pública”.

Se trata de una medida que se presenta con todas las garantías para los vecinos, pero que en una época de depreciación de la economía, solo inversores solventes o financistas de raigambre reciente en Merlo podrían tener ventajas para adquirir esos lotes que saldrán a la venta y que muchos merlinos desean poder tener.

A los compromisos financieros tomados a la ligera se sumó el mal momento elegido de en una de las peores temporadas para Merlo, por la situación económica nacional. Cerrar con una medida sombra verde la plaza Sobremonte para empezar la obra, que no parecía prioritaria, aunque sí para las propias necesidades de la actual administración. Esa medida está teniendo un fuerte impacto negativo en los comerciantes de la zona. Peor no se pudo hacer.

EN ROJO

Los números en rojo de la municipalidad también obligaron a suspender el Festival Nacional Valle del Sol. Se habían presupuestado 150 millones de pesos, que en boca de los propios funcionarios en declaraciones radiales “no alcanzaban”. No solo se suspendió, sino que además la gestión de Alvarez Pinto debe la rendición de cuentas de los últimos dos festivales, donde no se escatimaron recursos ni contrataciones. Pero, esas rendiciones permanecen en la opacidad, entre medias sombras.

Si una situación análoga se hubiera dado en el pasado, con Alvarez Pinto liderando la oposición como concejal, ante un intendente que hubiera tomado similares medidas, seguramente ese intendente habría terminado dando explicaciones ante los concejales. Y vaya a saber qué suerte hubiera corrido. Basta recordar aquellas declaraciones de Alvarez Pinto concejal quejándose porque en un enero se pavimentaba Merlo y reclamaba que se estaba perjudicando al turismo por el mes elegido para los trabajos viales.

La versión de intendente 2024 de Alvarez Pinto asoma en estas semanas alejado de la administración pública y más preocupado por lo que sucede en la provincia. Anestesiado, cuando Merlo atraviesa momentos complejos de un enero para el olvido. Mientras esto ocurre, solo algunas voces se alzan entre los concejales. Otros en silencio. Y otros más preocupados por lo que sucede a nivel nacional que en su propio pueblo.