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Reclamo universitario

La marcha del 23 de abril en San Luis: Entre silencios inoportunos y ausencias

La masiva marcha universitaria también tuvo contundencia en San Luis. El gobernador no habló sobre el tema. Pero no fue el único silencio y ausencia.
jueves 25 de abril de 2024
La marcha del 23 de abril en San Luis: Entre silencios inoportunos y ausencias
San Luis vivió las marcha más masivas en las calles de los últimos veinte años.
San Luis vivió las marcha más masivas en las calles de los últimos veinte años.

Omisión. Silencio. Esto no pasó. Por alguna razón, el gobernador de San Luis, Claudio Poggi, decidió el martes 23 de abril, día de la marcha histórica en defensa de la universidad pública, no decir nada. Por el contrario, a pocas horas de que miles de personas salieran a las calles en San Luis capital, Villa Mercedes y Villa de Merlo para adherir a esa consigna nacional, Poggi eligió hablar a los puntanos de otros temas. Pudo decir algo en ese discurso. Una línea. Una definición, pero prefirió el silencio. Y esa omisión hizo ruido.

Las marchas en la provincia fueron masivas, heterogéneas y con un acompañamiento en segundo plano de diversos sectores políticos. Miles de personas en San Luis en defensa de las tres universidades nacionales, de su gratuidad, del pedido de un presupuesto digno. En defensa de la igualdad de oportunidades que da la educación pública y de calidad. Y llama más la atención de ese silencio y omisión, porque Poggi tiene una relación fluida y cordial con las autoridades de la Universidad Nacional de San Luis, de Villa Mercedes y de los Comechingones. Además, de ser él mismo un graduado de la Universidad Pública.

Al no decir nada dijo mucho. Porque esa noche del martes 23 de abril, cuando habló a los puntanos, alabó y se alineó con políticas económicas del presidente Milei: “El Gobierno nacional combate la inflación llevando adelante un proceso de reordenamiento y equilibrio fiscal. Dejó de gastar más de lo que recauda y eso está bien, es el camino que Argentina necesita”. Y castigó al pasado: “A nivel nacional, las políticas erradas del kirchnerismo nos dejaron, entre otros males, la mayor tasa inflacionaria a nivel mundial. Esa consecuencia, la seguimos sufriendo aún hoy”.

Había sido demasiado contundente la marcha en la propia provincia como para ignorarla; una vieja receta política que ya se ha aplicado en San Luis: Esto no pasó. Un daño autoinfringido a esa gestión de acercamiento y empatía que tanto le gusta practicar a Poggi. Estar cerca. No lo hizo en esta oportunidad ante las marchas más masivas que ocurrieron en la provincia. Se puede estar cerca físicamente y también desde las palabras.

MÁS AUSENCIAS

No fue la única ausencia y omisión. En Merlo, donde la intendencia está en manos del presidente del radicalismo, Juan Alvarez Pinto, autodefinido como “reformista” y “alfonsinista”; reformista en honor a aquella epopeya de 1918 cuando los estudiantes universitarios en Córdoba se levantaron ante las estructuras conservadoras de esa época. Y el alfonsinismo se fraguó en la juventud de Franja Morada, en los tiempos que monopolizaban el control de las universidades.

La UCR no dijo nada. Tampoco acompañó en Villa de Merlo, salvo algunas excepciones, como el Jefe de Gabinete, Bruno Mini; tal vez más convencido de que era necesario estar junto a ese reclamo que atraviesa a cualquier sector partidario. Tampoco estuvieron ediles radicales alfonsinista declarados. Ediles del poggismo también ausentes. Sí, lo hicieron los legisladores provinciales, Sergio Guardia y Gabriela Mancilla; el intendente de Santa Rosa del Conlara, Miguel Postiguillo; los tres, como un vecino más; sin necesidad de estar en primera plana. Ese era el rol. Acompañar a los pibes. Respaldar aunque sea atrás del todo. En la última fila. El asunto era estar. Dejar de lado a esos que no pierden oportunidad para colgarse en primera fila en una fiesta organizada por otros.  Allá ellos.

El martes 23 de abril quedará en la memoria por la masividad de una movilización convocada por la institución más prestigiada del país: la Universidad Pública, Gratuita y de Calidad, en la cual se forjaron los cinco premios nobles que dio el país y que demostró en las calles que resiste todavía como un valor de cohesión en la sociedad argentina. Por eso, había que estar. Por eso había que decir, un decir. La ausencia, omisión o silencio, fue un yerro.

 

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