Victoria Villarruel teje su propia madeja política. Así quedó demostrado en cada paso que ha dado desde que asumió. Y las recorridas en las provincias y su participación en eventos masivos son de los preferidos. Por ejemplo, Jesús María, por citar uno. Sabe de su carisma. Y en San Luis no es distinto. Villarruel —junto a los libertarios locales, entre ellos el senador Nacional, Bartolomé Abdala, vicepresidente segundo de la Cámara Alta—, prepararon su agenda para las fiestas religiosas más sentidas y populares para los puntanos. Se trata de las celebraciones del Señor de los Milagros, en Renca, y el Cristo de la Quebrada, en Villa la Quebrada. Ambas festividades reúnen miles y miles de personas. No solo de San Luis sino también de provincias aledañas. El punto máximo del fervor es este viernes, y Villarruel lo sabe.

Pero antes de esas visitas religiosas, —la vicepresidenta es una católica militante— hubo reuniones políticas en San Luis que no se pueden soslayar, porque pueden reconfigurar el escenario provincial. Villarruel llegó a la provincia del mencionado Abdala que se ha convertido en un referente de peso para San Luis por el cargo que ostenta. Y junto a él se suman la senadora Nacional, Ivana Arrascaeta y su compañero, Rodolfo Negri, que en las sombras y con peso en el senado también teje el armado provincial. La trilogía de legisladores nacionales mileistas la completa, Carlos D’Alessandro, actual diputado Nacional.

Sin embargo, Villarruel no eligió a ellos para la foto de la cena del jueves. Se reservó ese tiempo para el exgobernador y expresidente, Adolfo Rodríguez Saá. Pero antes de esa parada gastronómica política estuvo con el gobernador, Claudio Poggi. Según se informó, “Poggi recibió la visita protocolar de la vicepresidenta de la Nación, Victoria Villarruel, quien recibió de manos del Mandatario provincial el decreto que la declara ‘Huésped de Honor’. Villarruel arribó a Casa de Gobierno a las 19:00 y fue recibida por el gobernador, Claudio Poggi en la explanada de ingreso a la Torre. La reunión, que duró alrededor de una hora, se concretó en el despacho del primer Mandatario. Allí, la Vicepresidenta le comentó sobre su visita a San Luis y las actividades que realizará”. Hasta ahí la información oficial provincial de la visita.

CENA Y POLITICA

Después, Villarruel partió hacia Potrero de los Funes, a la casa de Adolfo Rodríguez Saá. El exgobernador mantiene una disputa política, personal y familiar con su hermano, Alberto Rodríguez Saá; enfrentamiento tras un vínculo “entrañable” como lo definen quienes conocen desde siempre. Ese forcejeo político generó una grieta y en las últimas elecciones el peronismo puntano invicto por 40 años perdió las elecciones con Claudio Poggi, otrora aliado de ambos hermanos y que fue gobernador entre 2011 y 2015, aupado por Alberto y Adolfo y todo el peronismo de San Luis. Ahora llegó a su segundo mandato por Juntos por el Cambio y su propio partido provincial Avanzar. 

Adolfo apoyó a Poggi para que alcance de nuevo la gobernación. El acuerdo incluyó cargos en el Ejecutivo Provincial para militantes de Todos Unidos, el partido del Adolfo. Entre esas promesas, un ministerio, el de Tecnología, que al día de hoy no tiene ministro designado. Se dice que es por la controversia por el nombre que propone el exgobernador. Pero, no solo es esa la diferencia de Adolfo Rodríguez Saá con Poggi. Por lo bajo, quien gobernó cinco veces la provincia de San Luis y fue presidente de la Nación fugazmente, dice estar “desilusionado” con Poggi y que lo ve “desorientado” en este segundo mandato.

La foto de la cena de anoche en su casa en agasajo a la vicepresidenta y junto a su esposa, Gisela Vartalitis, y posteada esta madrugada por ambos, no es inocente, aunque se pretenda una imagen familiar. Es la demostración del rearmado político de alianzas en la provincia de San Luis. Y como puede terminar esto, ni el Cristo de los Milagros lo debe saber.